En primer lugar; dudad de todo siempre. Hay gente muy fantasiosa, que no encuentran otra forma de llamar la atención ni de ensalzar sus tristes vidas que soltando mentiras. Y eso no pasaría si no hubiera tanto ingenuo por la vida. No existe la fuente de la eterna juventud, hamijos, ni todo lo que reluce es oro. Todo son leyendas urbanas.
Segundo; existe la norma de que toda mujer tiene su precio. Pero eso es relativo. Lo que alguien consiga con perseverancia, mucha labia y mucha mas billetera no es extrapolable a vosotros, piltrafillas. Para vosotros, y para mí, siempre quedarán las prostitutas.
Tercero; las prostitutas también son personas, y como todos, también tienen tiempo libre. Que estas vayan a los locales de moda es NORMAL, pero nada más.
Y por último, que una mujer está muy buena y vista muy provocativa o a vosotros os parezca que tenga pinta de puta... no quiere decir que sea una PUTA. Cohone.
Eso como resumen de lo que opino de este y otros temas similares.
Y para acompañar la charla, una fabulita, que sé que os gustan. Hace unos añitos me fui con dos amigotes a comer al puerto de Alicante, al restaurante Dársena. En esas que nos sientan al lado de un inglés que iba acompañado por tres señoritas a cada cual más jamona: una morena, una rubia y una pelirroja. Esta última parecía tener más roce con el guiri, como si fuera su pareja. Entre los cuatro hablaban en inglés, bastante bien, aunque las chicas con acento. Y con el camarero, ellas en español, con igual acento. Del este. Eslavas. Terminó la comida, un cafecito y terminamos en D'Angelo. Adivinad quién estaba allí. La rubia y la morena. Por lo visto la pelirroja era la novia del inglés, y las tres eran compatriotas (moldavas, digo, rumanas) y amigas. Y el colega se había pagado una comida para tener a la novia contenta con sus amiguitas y de paso, pasar un rato bien acompañado.
El inglés comió con las fulanas, y yo me follé a una de ellas. Moraleja: jajajajajajaja