MeRain
Usuario
Nombre: Ivonne
Edad aproximada: 23-25
Altura: 1,70 m aprox
Zona: Benalmádena (Málaga)
666732305 - Link1 - Link2
Fotos: 100% reales, pero en persona es aún más espectacular
Servicios: Todo menos griego
Duración: 2 horas
Valoración: 10/10 – Una experiencia de las que no se olvidan
No soy de los que acude a este tipo de servicios, pero un día de curiosidad me metí en una de esas páginas y vi su perfil. Fue su cara la que me atrapó: labios carnosos, sonrisa perfecta, ojos con chispa, y esa expresión dulce que te derrite. Le escribí sin pensarlo mucho. Su respuesta fue amable, voz suave… y ya empecé a imaginar cómo sería tenerla delante. Spoiler: superó todo lo que esperaba.
Su casa está en Benalmádena. Zona tranquila, discreta, bastante céntrica y con sitio para aparcar sin dar mil vueltas. Desde fuera ya se respira calma. Toqué el timbre, y al abrirse la puerta... me quedé congelado.
Ivonne es pura elegancia negra. Alta, alrededor de 1,70 o un poco más, piel tierna como la noche, lisa, brillante. Vestía un vestido rojo de algodón que se pegaba a su cuerpo como una segunda piel, sin sujetador, dejando que la imaginación trabajara (aunque no por mucho tiempo). Sus pechos operados, perfectamente proporcionados, parecían hechos para mis manos. Y esa mirada… tranquila, segura, dulce y, al mismo tiempo, peligrosa. Desde los primeros segundos, me hizo sentir cómodo. Nervioso, sí, pero como un adolescente en su primera cita.
Pasamos a la habitación: limpia, aire acondicionado, música suave, luces cálidas. Todo listo para dejarte llevar. Había ducha en la misma habitación, lo cual agradecí viniendo desde Almería. Me di un buen repaso, salí fresco y listo para perderme en esa mujer.
Concretamos los servicios (todo menos griego), dos horas. Pero sinceramente, el tiempo ahí se para.
Cuando se quitó el vestido y quedó desnuda frente a mí… madre mía. Un cuerpo de revista, con pequeños tatuajes que no molestan, sino que invitan a explorar. Piel sin un pelo, suave, bronceado perfecto, culo redondo, pequeño pero firme, delicioso. No pude resistirme: empecé a besar su cuerpo, acariciar su piel, y fui bajando... hasta llegar a ese chochito precioso, húmedo, limpio, y con un sabor que te engancha. No tardó en correrse. Su cuerpo temblaba. Sus gemidos eran reales, suaves, deliciosos.
Después fue su turno: francés profundo, lento, caliente, mojado, con lengua por todas partes y atención especial a los huevos. Estaba tan metida en lo que hacía que me hizo perder el control. Me puso el condón con la boca y empezamos lo bueno…
Misionero, a cuatro, ella encima, cucharita… probamos todo. Cada postura era una obra de arte. En perrito, agarrarle ese culo perfecto y ver cómo se movía era una película. Pero cuando se subió encima, sus tetas botando delante de mi cara, su boca entreabierta, mordiéndose los labios de placer… fue de locos. Un polvo de esos que te hace sudar como en el gimnasio. Literalmente, la cama acabó empapada.
Paramos un rato. Y aquí destaco algo: sí, fuma, pero no lo convierte en un punto negativo, porque después se lava los dientes. Limpia, cuidada, detallista. Me encantó ese gesto.
Nos dimos otra ducha juntos y, cómo no… otra ronda. Volví a besar su piel, bajé de nuevo, la hice correrse por segunda vez, esta vez más rápido. Estaba entregada, caliente, totalmente implicada. Yo, en ese momento, ya no estaba en la habitación: estaba en el cielo.
Lo mejor de Ivonne no es solo su físico (que es de escándalo), sino su actitud, su dulzura, y su forma de hacerte sentir especial. No va con prisas, no está pendiente del reloj. Te mira, te toca, te habla como si de verdad fueras el único que existe en ese momento.
Salí de allí con el cuerpo agotado y la cabeza flotando. No sé si volveré a escribir más reseñas, pero esta experiencia merecía ser contada.
Edad aproximada: 23-25
Altura: 1,70 m aprox
Zona: Benalmádena (Málaga)
666732305 - Link1 - Link2
Fotos: 100% reales, pero en persona es aún más espectacular
Servicios: Todo menos griego
Duración: 2 horas
Valoración: 10/10 – Una experiencia de las que no se olvidan
No soy de los que acude a este tipo de servicios, pero un día de curiosidad me metí en una de esas páginas y vi su perfil. Fue su cara la que me atrapó: labios carnosos, sonrisa perfecta, ojos con chispa, y esa expresión dulce que te derrite. Le escribí sin pensarlo mucho. Su respuesta fue amable, voz suave… y ya empecé a imaginar cómo sería tenerla delante. Spoiler: superó todo lo que esperaba.
Su casa está en Benalmádena. Zona tranquila, discreta, bastante céntrica y con sitio para aparcar sin dar mil vueltas. Desde fuera ya se respira calma. Toqué el timbre, y al abrirse la puerta... me quedé congelado.
Ivonne es pura elegancia negra. Alta, alrededor de 1,70 o un poco más, piel tierna como la noche, lisa, brillante. Vestía un vestido rojo de algodón que se pegaba a su cuerpo como una segunda piel, sin sujetador, dejando que la imaginación trabajara (aunque no por mucho tiempo). Sus pechos operados, perfectamente proporcionados, parecían hechos para mis manos. Y esa mirada… tranquila, segura, dulce y, al mismo tiempo, peligrosa. Desde los primeros segundos, me hizo sentir cómodo. Nervioso, sí, pero como un adolescente en su primera cita.
Pasamos a la habitación: limpia, aire acondicionado, música suave, luces cálidas. Todo listo para dejarte llevar. Había ducha en la misma habitación, lo cual agradecí viniendo desde Almería. Me di un buen repaso, salí fresco y listo para perderme en esa mujer.
Concretamos los servicios (todo menos griego), dos horas. Pero sinceramente, el tiempo ahí se para.
Cuando se quitó el vestido y quedó desnuda frente a mí… madre mía. Un cuerpo de revista, con pequeños tatuajes que no molestan, sino que invitan a explorar. Piel sin un pelo, suave, bronceado perfecto, culo redondo, pequeño pero firme, delicioso. No pude resistirme: empecé a besar su cuerpo, acariciar su piel, y fui bajando... hasta llegar a ese chochito precioso, húmedo, limpio, y con un sabor que te engancha. No tardó en correrse. Su cuerpo temblaba. Sus gemidos eran reales, suaves, deliciosos.
Después fue su turno: francés profundo, lento, caliente, mojado, con lengua por todas partes y atención especial a los huevos. Estaba tan metida en lo que hacía que me hizo perder el control. Me puso el condón con la boca y empezamos lo bueno…
Misionero, a cuatro, ella encima, cucharita… probamos todo. Cada postura era una obra de arte. En perrito, agarrarle ese culo perfecto y ver cómo se movía era una película. Pero cuando se subió encima, sus tetas botando delante de mi cara, su boca entreabierta, mordiéndose los labios de placer… fue de locos. Un polvo de esos que te hace sudar como en el gimnasio. Literalmente, la cama acabó empapada.
Paramos un rato. Y aquí destaco algo: sí, fuma, pero no lo convierte en un punto negativo, porque después se lava los dientes. Limpia, cuidada, detallista. Me encantó ese gesto.
Nos dimos otra ducha juntos y, cómo no… otra ronda. Volví a besar su piel, bajé de nuevo, la hice correrse por segunda vez, esta vez más rápido. Estaba entregada, caliente, totalmente implicada. Yo, en ese momento, ya no estaba en la habitación: estaba en el cielo.
Lo mejor de Ivonne no es solo su físico (que es de escándalo), sino su actitud, su dulzura, y su forma de hacerte sentir especial. No va con prisas, no está pendiente del reloj. Te mira, te toca, te habla como si de verdad fueras el único que existe en ese momento.
Salí de allí con el cuerpo agotado y la cabeza flotando. No sé si volveré a escribir más reseñas, pero esta experiencia merecía ser contada.
