Monica gime, parece que se me muere de placer, giro su cara hacia la mía y nos besamos con el permiso de nuestras juguetonas lenguas… exprimo sus pechos, recojo el sudor de sus caderas, de su cintura… y me voy concentrando hasta que veo delante mía los portones del paraíso vikingo abiertos de par en par… Fuera de control nuestros cuerpos danzan al ritmo que marca la llamada del Valhalla… al cual entramos con los corazones a 100 y corriéndonos de gusto… Derrotados, nos quedamos abrazados un rato más, Monica aún sentía los estertores de su orgasmo sin fin…
Este ha sido el final de un nuevo encuentro con la bella valkiria del placer. Lleno de lujuria, erotismo y mucha pasión… acompañado de un sentimiento especial de confortable familiaridad, pues es tal el conocimiento que ya tenemos de nuestros cuerpos...
Pero vayamos por partes.
Fue enterarme de que mi musa rusa estaba de vuelta en Aguadulce cuando le escribo y propongo vernos… es superior a mí, necesito sentir de nuevo su cuerpo, acariciarla, besarla y penetrarla… En esta ocasión, y por culpa de los provocativos outfits que se gasta en sus historias de whatsapp, le propongo por primera vez que me atienda con un atuendo concreto: un top ajustado y unos leggins deportivos a juego
.
Llego puntual a la cita, un par de besos y conversación fluida, como siempre. Me desvisto, paso por el aseo y me dirijo a su dormitorio. Un poco de role-play con este pibón “que acababa de llegar de su sesión de yoga…”
Me acerco a ella y por detrás empiezo a acariciarla y besarla en el cuello… hasta llegar a sus labios y darnos un beso con lengua bien húmedo... Le bajo los leggins y disfruto de la vista de ese culo perfecto, el cual recorro con la lengua hasta llegar a su tesoro, caliente, mojado y… con sabor a fresa
. Mi valkiria saca el culo y me lo ofrece gustosa… ora apoyada en la cama, ora en la pared… Le levanto la camiseta y escapan relucientes sus hermosas tetas… las cuales chupo, magreo…
En la cama, ya desnuda ella, nos abrazamos con pasión, Monica se coloca a cuatro patas y le empiezo a chupar el coño desde atrás, pero al final se da la vuelta porque sabe que es así como me esmero y la pongo a 100. Siguiendo sus instrucciones y acorde a sus gemidos de placer, juego con la lengua sobre sus labios menores y su clítoris. Introduzco suavemente el dedo índice en el interior de su sexo… siento esas estrías que me ponen tanto en su estrecho coño, giro el dedo para presionar con la yema sobre el montecito situado bajo su clítoris… y tras apretar con la lengua en este, moverla con fruición a derecha izquierda y arriba abajo, y frotar con la yema del dedo en el punto adecuado… Monica alcanza su primer orgasmo. Continué dándole placer durante varios minutos, la rusita cerraba por momentos los muslos atrapando mi cabeza… se retorcía y quizás llegara a un segundo orgasmo.
Ahora le toca a ella dar y a mí recibir. Comienza una mamada total, ya sabéis, variada, profunda, con caricias en los huevos… Tras varias GPs bien ensalivadas me incorporo, la pillo con la saliva cayéndole por la boca, mojando su cuello sus pechos, y entonces caemos en la cama abrazados y nos morreamos con pasión. A continuación me cabalga mientras seguimos abrazados. Nos besamos el cuello, me como sus pezones erectos, Monica gime de placer, notando mi falo bien adentro, y yo disfruto de su espalda y culo ambos cubiertos ya de una pátina de sudor... En esta posición yo llevo la iniciativa del mete-saca, pero luego es ella la que manda cuando se endereza y se coloca perpendicular a mí.
Al rato se tumba de lado, sobre su costado izquierdo, como si pidiera hacer la cuchara, pero yo la cabalgo desde arriba, ella en posición lateral y yo sobre ella… una postura en realidad nueva para nosotros, y que da mucho juego (en el libro del Kamasutra sería el equivalente al “pretzel”). Noto las estrías de su vagina rodeando mi falo… y mientras penetro a la rusa rítmicamente, ella jadea y gime de placer.
La postura del “pretzel”
De ahí pasamos fácilmente al misionero… Percuto su estrecho coño con fuerza, ella abre las piernas 180º… y tras un par de minutos rezando en las misiones me pide que hagamos la cuchara (le gusta a la jodía…
), levanta la pierna derecha y giramos hacia mi izquierda, pero se me sale el amigo, el cual noto un tanto morcillón, así que le pido que me lo coma un poco para enderezarlo. Diosss… podría correrme con sus mamadas…
Como considero que es aún pronto para la cuchara, le propongo a cuatro y así hacemos el “juego completo”
. En el perrito la penetración es profunda y disfruto abrazando su cuerpo, apretando sus cántaros de miel, o pellizcando sus pezones perfectos… Al poco estira las piernas, coloco las mías alrededor de las suyas y así estamos varios minutos, apreciando sus estrías, la presión de sus nalgas sobre mi pelvis… Finalmente giramos, ahora sí, para colocarnos en cuchara, una postura que no por esperada resulta menos excitante. Y es en esta maravillosa posición, en la que conforme nos acercamos al Valhalla vamos apretándonos en un abrazo cada vez más exigente, entrelazando nuestras piernas y nuestros sexos de tal modo que se diría que buscábamos fundirnos en nuestro propio sudor… Monica gime, parece que se me muere de placer, giro su cara hacia la mía y nos besamos con el permiso de nuestras juguetonas lenguas… exprimo sus pechos, recojo el sudor de sus caderas, de su cintura… y me voy concentrando hasta que veo delante mía los portones del paraíso vikingo abiertos de par en par… Fuera de control nuestros cuerpos danzan al ritmo que marca la llamada del Valhalla… al cual entramos con los corazones a 100 y corriéndonos de gusto… Derrotados, nos quedamos abrazados un rato más, Monica aún sentía los estertores de su orgasmo sin fin… Me mantengo dentro de ella un rato más, ella no parece estar aún saciada, y cuando me retiro se gira hacia mí, mostrando su hermoso cuerpo, tocándose su sexo, aún casi dispuesta a correrse una vez más… Me sonríe, se acerca y me abraza, y me da un tierno beso de agradecimiento. Hacía dos días que no había follado y yo le había dado el alimento que necesitaba.
Ya en el salón, mantenemos una amena conversación que me guardaré para mí… pero sí que voy a compartir con vosotros la solución al enigma de la semana: nuestra hermosa valkiria mide exactamente 1,63m (tenéis buen ojo
@Guelmi40 y @trigonometría23
).
Calculo que sería al filo de la hora cuando nos despedimos con un tierno beso hasta una próxima ocasión… para la cual ya tengo pensado proponerle alguna travesura erótico-festiva
.
Los que la conocéis, ya sabéis su número, los que aún no, ¿a qué esperáis..:?