Me cuesta mucho olvidarla. Pienso en ella todos los días. Los momentos bonitos que pasamos juntos. Todo parecía tan real. Como una novia, una pareja.
Sabía desde el principio que era una ilusión, una relación poco saludable entre dos personas muy diferentes. Sin embargo, terminar con ella es tan doloroso como en una relación normal. Sé que es el dolor normal de una ruptura, pero saber que, en teoría, ella sigue estando ahí me vuelve loco. Aunque también sé que ya no sería lo mismo. Además, ella me trataría como a un cliente cualquiera. Quizás incluso peor. Todos me lo advirtieron, pero no escuché a nadie. Así soy yo. Siempre tengo que quemarme para descubrir si el fuego quema.
No quiero decirle a nadie que no lo haga. Puede que todo salga bien. Pero prepárense para una montaña rusa salvaje. No es para los débiles de corazón.
