Amante2017
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Este encuentro tuvo lugar hace algo menos de un mes, una experiencia "inconclusa" con quizás una de las tías más buenorras con las que he follado (a las pruebas me remito), pero que finalmente derivó en un coitus interruptus, o, con más propiedad, coitus sine ejaculatio (!). Se encuentra en Casa Luna, ya sabéis, esa casita cerca de la calle Murcia...
Tras acordar la hora por whatsapp, llego puntual a Casa Luna, la puerta se entreabre y me encuentro frente a frente con una rusa preciosa, super buenorra, vestida muy elegante, sexi y provocadora. Tiene unos ojos imponentes, casi intimidadores, y un cuerpo de escándalo (relativamente alta, rubia, pechos naturales de tamaño medio-grande…). Sin duda es mi tipo, y tras un tierno primer beso acepto su invitación dispuesto a pasar un buen rato. Una pena que la cosa se torciera al final…
En mi opinión el que este encuentro haya sido insatisfactorio se debe a varias razones. En primer lugar una más que probable falta de experiencia, seguida de un desconocimiento del español (no reconocido por ella, por otro lado) que dificultaba la comunicación y la explicación de qué deseábamos uno y otro (aunque el que paga soy yo, claro)...; finalmente si añadimos la impaciencia y el hecho de que quizás yo no fuera precisamente "su tipo"...,
la cosa derivó en lo que derivó.
Acordamos media hora y le pago los 50 € de rigor. Me dijo que me pusiera cómodo, así que me desvestí mientras salió un momento para regresar al poco. Yo amable, cariñoso, como siempre. Me pregunta que qué me gusta, y tras decirle que el que disfrutemos los dos, las caricias y los besos, me dejó claro que ella con lengua como que no… Bueno…, está tan buena y tiene una piel tan rica, que no me importó demasiado...
Me dice que me tumbe en la cama de espaldas y me empieza a masajear mientras se va desnudando, pidiéndome que no mire (!). El juego me parecía en cierto modo divertido, y jugué a ello. Me acaricia, masajea y luego restriega su cuerpo sobre el mío…, ambos desnudos; noto el tacto de sus pechos en mi espalda y el calor de “sus bajos” sobre mi culo…, hmm… Cuando me doy la vuelta tengo la visión de una auténtica diosa, no puedo evitar levantarme a besarla y chupar sus tetas… naturales, medianas y hermosas…, pero pronto me va quedando claro que ella mantiene las distancias y que todo vendrá a su tiempo... o no. Me hace una fellatio sin goma muy buena, aunque de las lentas y sin profundidad. Coge al poco un condón, pero al ir yo y enderezarme para intentar besarla de nuevo y chuparle el tetamen se queda como cortada y sorprendida..., claramente Valeria quería ir a lo suyo y nada de gfe. Me pone el condón y hacemos un primer misionero…
Yo no puedo pasar por alto un cunnilingus si la chica me gusta y huele bien (y en ambos casos así era), así que le comento de ir ahí abajo y comenzar una serie de mamadas y chupeteos que ella parecía agradecer… más bien poco. Aunque se quitó las braguitas se cerraba en banda, como disimuladamente… y aunque cedió un poco, me llamó a una penetración a los pocos segundos. Yo notaba que ella iba rápido, así que quise probar algunas posturas antes “de meter la gamba”. A cuatro patas no duró nada (!), la cuchara fue un imposible con ella… Le dije que me montara, pero entre que esquivaba mis besos apasionados, e incluso llegaba a alejar sus tetas de mi boca…, pues la cosa fue enfriándose o al menos no calentándose al fuego constante que uno necesita.
Conforme avanza el encuentro sexual ella parece comenzar a impacientarse... Estos pequeños inconvenientes que voy notando afectan a mi líbido y dan lugar a ciertas relajaciones de mi polla que comienzan a “mosquear” a la rusa. Aparentemente sorprendida por esos cambios de erección, en un momento dado se para a mirar el condón a ver si ya había eyaculado (!)..., aluciné. Pero como soy un caballero no me di por ofendido. Por otro lado, y si hubiera eyaculado ¿qué?..., aún no habíamos cumplido el tiempo contratado. En otra ocasión, para animar a mi polla comenzó a pajearla con la mano… sin siquiera amagar el chuparla… Pero Valeria me gusta tanto, me parece tan atractiva, tan follable... que le perdonaba todos estos "deslices".
Insisto, está tan rica, tan buena…, que viendo mover su cuello, su pecho, mientras la penetraba, hubiera bastado para alcanzar el clímax…, pero ella no tenía paciencia, y además comenzaba a agobiarse por el calor (sorprendentemente, en esta ocasión yo estaba sudando más que la meretriz…) y aparentemente por el peso de mi cuerpo (y mira que yo intentaba ser cuidadoso…, os lo aseguro). Me dice algo así como “mira chico, tienes que ir acabando”; aunque llevábamos en faena unos 20 min. calculo… A continuación se queja, con un gesto de molestia evidente, de que le estoy haciendo daño en el muslo izquierdo…, se trataba de un misionero pero con los cuerpos algo separados (ella ya me había esquivado los intentos de besarla instantes antes), y en donde ciertamente me apoyaba algo en su muslo, pero vamos… lo normal. Entonces desisto, me separo de ella, me siento en la cama y la miro anonadado. Le pregunto si es que está incómoda…, pero como ya había comprobado antes que no siempre entendía lo que le decía… añado “no te veo feliz, ¿por qué?”…, ella se sorprende a su vez, y me dice que no entiende lo que quiero decir y que tampoco parezco yo demasiado feliz (señalando a mi polla, que estaba algo “contrariada”…). Aunque me daban ganas de responderle con cierta crudeza, le digo algo parecido a “si fueras más cariñosa la cosa iría mejor”… y entonces es cuando se mosquea de verdad y me dice que cómo me atrevo a decirle que no es cariñosa conmigo. Se levanta y me dice que me vaya vistiendo, y sale de la habitación lanzando improperios en ruso a alguna compañera que había en la casa.
Me quedo solo, me quito el condón (lleno solo de aire, lo juro), me lavoteo un poco y me visto. Aparece al poco Valeria y me pregunta que cómo es que sigo aún ahí sin estar vestido (!). Era para haberle montado un pollo, pero no valía la pena…, daban ganas de pedirle parte del dinero que le había dado…, pero en verdad había disfrutado de su compañía y de su cuerpo... Si hubiera tenido menos interés por su bienestar anímico, si hubiera mantenido mi boca cerrada, podría haber terminado perfectamente eyaculando encima de sus hermosas tetas o quizás con una cubanita…, pero no pudo ser.
Tras acordar la hora por whatsapp, llego puntual a Casa Luna, la puerta se entreabre y me encuentro frente a frente con una rusa preciosa, super buenorra, vestida muy elegante, sexi y provocadora. Tiene unos ojos imponentes, casi intimidadores, y un cuerpo de escándalo (relativamente alta, rubia, pechos naturales de tamaño medio-grande…). Sin duda es mi tipo, y tras un tierno primer beso acepto su invitación dispuesto a pasar un buen rato. Una pena que la cosa se torciera al final…
En mi opinión el que este encuentro haya sido insatisfactorio se debe a varias razones. En primer lugar una más que probable falta de experiencia, seguida de un desconocimiento del español (no reconocido por ella, por otro lado) que dificultaba la comunicación y la explicación de qué deseábamos uno y otro (aunque el que paga soy yo, claro)...; finalmente si añadimos la impaciencia y el hecho de que quizás yo no fuera precisamente "su tipo"...,
Acordamos media hora y le pago los 50 € de rigor. Me dijo que me pusiera cómodo, así que me desvestí mientras salió un momento para regresar al poco. Yo amable, cariñoso, como siempre. Me pregunta que qué me gusta, y tras decirle que el que disfrutemos los dos, las caricias y los besos, me dejó claro que ella con lengua como que no… Bueno…, está tan buena y tiene una piel tan rica, que no me importó demasiado...
Me dice que me tumbe en la cama de espaldas y me empieza a masajear mientras se va desnudando, pidiéndome que no mire (!). El juego me parecía en cierto modo divertido, y jugué a ello. Me acaricia, masajea y luego restriega su cuerpo sobre el mío…, ambos desnudos; noto el tacto de sus pechos en mi espalda y el calor de “sus bajos” sobre mi culo…, hmm… Cuando me doy la vuelta tengo la visión de una auténtica diosa, no puedo evitar levantarme a besarla y chupar sus tetas… naturales, medianas y hermosas…, pero pronto me va quedando claro que ella mantiene las distancias y que todo vendrá a su tiempo... o no. Me hace una fellatio sin goma muy buena, aunque de las lentas y sin profundidad. Coge al poco un condón, pero al ir yo y enderezarme para intentar besarla de nuevo y chuparle el tetamen se queda como cortada y sorprendida..., claramente Valeria quería ir a lo suyo y nada de gfe. Me pone el condón y hacemos un primer misionero…
Yo no puedo pasar por alto un cunnilingus si la chica me gusta y huele bien (y en ambos casos así era), así que le comento de ir ahí abajo y comenzar una serie de mamadas y chupeteos que ella parecía agradecer… más bien poco. Aunque se quitó las braguitas se cerraba en banda, como disimuladamente… y aunque cedió un poco, me llamó a una penetración a los pocos segundos. Yo notaba que ella iba rápido, así que quise probar algunas posturas antes “de meter la gamba”. A cuatro patas no duró nada (!), la cuchara fue un imposible con ella… Le dije que me montara, pero entre que esquivaba mis besos apasionados, e incluso llegaba a alejar sus tetas de mi boca…, pues la cosa fue enfriándose o al menos no calentándose al fuego constante que uno necesita.
Conforme avanza el encuentro sexual ella parece comenzar a impacientarse... Estos pequeños inconvenientes que voy notando afectan a mi líbido y dan lugar a ciertas relajaciones de mi polla que comienzan a “mosquear” a la rusa. Aparentemente sorprendida por esos cambios de erección, en un momento dado se para a mirar el condón a ver si ya había eyaculado (!)..., aluciné. Pero como soy un caballero no me di por ofendido. Por otro lado, y si hubiera eyaculado ¿qué?..., aún no habíamos cumplido el tiempo contratado. En otra ocasión, para animar a mi polla comenzó a pajearla con la mano… sin siquiera amagar el chuparla… Pero Valeria me gusta tanto, me parece tan atractiva, tan follable... que le perdonaba todos estos "deslices".
Insisto, está tan rica, tan buena…, que viendo mover su cuello, su pecho, mientras la penetraba, hubiera bastado para alcanzar el clímax…, pero ella no tenía paciencia, y además comenzaba a agobiarse por el calor (sorprendentemente, en esta ocasión yo estaba sudando más que la meretriz…) y aparentemente por el peso de mi cuerpo (y mira que yo intentaba ser cuidadoso…, os lo aseguro). Me dice algo así como “mira chico, tienes que ir acabando”; aunque llevábamos en faena unos 20 min. calculo… A continuación se queja, con un gesto de molestia evidente, de que le estoy haciendo daño en el muslo izquierdo…, se trataba de un misionero pero con los cuerpos algo separados (ella ya me había esquivado los intentos de besarla instantes antes), y en donde ciertamente me apoyaba algo en su muslo, pero vamos… lo normal. Entonces desisto, me separo de ella, me siento en la cama y la miro anonadado. Le pregunto si es que está incómoda…, pero como ya había comprobado antes que no siempre entendía lo que le decía… añado “no te veo feliz, ¿por qué?”…, ella se sorprende a su vez, y me dice que no entiende lo que quiero decir y que tampoco parezco yo demasiado feliz (señalando a mi polla, que estaba algo “contrariada”…). Aunque me daban ganas de responderle con cierta crudeza, le digo algo parecido a “si fueras más cariñosa la cosa iría mejor”… y entonces es cuando se mosquea de verdad y me dice que cómo me atrevo a decirle que no es cariñosa conmigo. Se levanta y me dice que me vaya vistiendo, y sale de la habitación lanzando improperios en ruso a alguna compañera que había en la casa.
Me quedo solo, me quito el condón (lleno solo de aire, lo juro), me lavoteo un poco y me visto. Aparece al poco Valeria y me pregunta que cómo es que sigo aún ahí sin estar vestido (!). Era para haberle montado un pollo, pero no valía la pena…, daban ganas de pedirle parte del dinero que le había dado…, pero en verdad había disfrutado de su compañía y de su cuerpo... Si hubiera tenido menos interés por su bienestar anímico, si hubiera mantenido mi boca cerrada, podría haber terminado perfectamente eyaculando encima de sus hermosas tetas o quizás con una cubanita…, pero no pudo ser.
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